Padre Claret Córdoba

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lunes, noviembre 26, 2007

investigando por el Bicentenario

Nació en Sallent, diócesis de Vich y territorio de la que hoy es provincia de Barcelona, el 23 de diciembre de 1807. Sacerdote diocesano, popularísimo misionero, arzobispo de Santiago de Cuba y posteriormente confesor y director espiritual de la reina Isabel 11. Murió en el destierro, en el monasterio cisterciense de Fontfroide (Francia), el 24 de octubre de 1870. Fue el fundador de la Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María. - Fiesta: 23 de octubre. Misa propia.

En San Antonio María Claret, tenemos al gran adalid de esta causa; el mundo con el cual tuvo que enfrentarse no era mejor que el nuestro. Su vida preciosa, pues, puede estimularnos mucho.
Antonio Claret, a sus cinco años comenzó a frecuentar la escuela del pueblo, .y era el orgullo de su maestro por su aprovechamiento. Ya por entonces declaró que quería ser sacerdote, pero las circunstancias económicas de su familia no permitieron los gastos del Seminario. Por mandato de sus padres empieza a trabajar en la pequeña fábrica de tejidos que poseían en Sallent.
A fines de 1825 es enviado por su padre a Barcelona para perfeccionarse. Hizo grandes progresos en la fabricación, por la cual sentía vivo interés, de forma que cuando acudía a la iglesia, a menudo “tenía más máquinas en la cabeza que santos había en el altar”, como después decía él mismo.
Pero era llegada la hora de Dios: duros golpes le despertaron del sueño de ilusiones que transitoriamente le habían alucinado. Zozobras interiores, un amigo desleal, varios peligros de muerte…
Debidamente orientado, decide entrar en el Seminario de Vich. Fue ordenado sacerdote el 13 de junio de 1835, en la Capilla del Palacio Episcopal de Solsona.
Recién ordenado, es nombrado vicario de Sallent; y al poco recibe el nombramiento de ecónomo de la Parroquia, cargo que encerraba especial dificultad por las circunstancias políticas de entonces.
En Sallent es la admiración de todos por su gran prudencia y celo por las almas. Pero los límites de su Parroquia eran estrechos para las ansias gigantes de apostolado de Claret.
En septiembre de 1839, parte camino de Roma. Practica los Ejercicios bajo la dirección de un padre jesuita que le aconseja entrar en la Compañía de Jesús. Dificultades posteriores, ajenas a su voluntad, no permitieron su permanencia en la misma.
Vuelto a España, Claret es nombrado regente de Viladrau, dando comienzo a sus famosas misiones, llamando poderosamente la atención por el gran fruto espiritual conseguido y por sus numerosas curaciones de enfermos.
Desligado de su cargo parroquial, se lanza por toda Cataluña, que entonces ardía en guerras y adolecía de un fuerte decaimiento moral, señalando las huellas de un gran movimiento religioso.
Todas las diócesis catalanas escucharon la voz ardiente del apóstol, que obtenía grandes triunfos en la obra de la santificación de las almas. Trasladado a Canarias, cosecha idénticos frutos. Los pueblos se sienten arrastrados por el gran misionero…
Entre tanto, un gran ideal brillaba en su mente. Palpaba por doquier la necesidad de predicadores y misioneros. En una celda del antiguo Seminario de Vich funda la Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María.
Él mismo nos dice: “El día 4 de agosto, el señor Obispo me da el nombramiento para arzobispo de Santiago de Cuba. Quedé aplanado, desconcertado, con la noticia. Dije que de ninguna manera aceptaba. Espantado del nombramiento no quise aceptar, por considerarme indigno y por no abandonar la Congregación que acababa de nacer.
Lamentable era el estado de Cuba, cuando se hizo cargo de ella el Arzobispo Claret. El clero, escaso y deficiente; frecuente el comercio de esclavos negros; la inmoralidad, especialmente entre los dirigentes europeos, general.
Ésta era la viña que había de trabajar aquel prelado misionero durante los cortos años que permaneció allí.
Trabajó incansablemente, sin arredrarle el sinfín de dificultades de todo orden que a cada paso se oponían a su apostólica labor; perseguido constantemente por los enemigos de la Religión y de la Patria.
En la ciudad de Holguín un asesino le descargó, con una navaja de afeitar, un terrible golpe que le rasgó la mejilla hasta el hueso y le hirió en el brazo.
A la entrada del Padre Claret en la Corte siguió un notable mejoramiento en las costumbres. Él educó a toda la real familia. Supo infundir en todos sus dirigidos una formación cristiana recia.
El 18 de septiembre de 1868, es destronada Isabel II y proclamada la República. Claret, desterrado con la Corte, pasa a Francia; poco después se despide de la reina y marcha a Roma.
El 25 de febrero de 1934 el Papa Pío XI le declaraba Beato y el 7 de mayo de 1950 Pío XII le elevaba al supremo honor de los altares. Su
Es considerado Patrón de los tejedores.
Lucas Felici 2° año